Ser majo está infravalorado. Vale que a algunas personas les resulte más complicado que a otras, y que a menudo no sirva de nada porque en realidad con quien estás hablando es lerdo. Pero si no lo eres es mucho más fácil perderte a quien sí merece la pena. No hay muchas cosas que podamos hacer por el mundo sin tener que donar un pastón o dedicar tu vida a organizaciones protectoras de berzas o similar. Pero se puede sonreír a la gente, y no es ninguna bobada. Sonríes y luego ellos te sonríen a ti. Es contagioso. Como una especie de gonorrea chachi.
sábado, 20 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario